Debate sobre el estado del municipio
Tras la aprobación de los presupuestos se produce el habitual debate sobre el estado del municipio, que si bien este año se desarrolló en un tono menos bronco, si que constataba la improvisación y la falta de rumbo político de la actual alcaldesa.
- Según Ana Sala y Juan Manuel del Pino, municipalizar servicios es una práctica bolivariana que solo engorda la administración y la hace ineficiente
- La alcaldesa pretendió acusar al gobierno del PSOE de contratar 240 empleados en 15 meses
- Ana Sala insiste en tildar a la Agencia Valenciana Antifraude como un órgano político para la persecución de municipios según su color.
El debate plenario sobre el estado del municipio es una tradición que se produce después de la aprobación de los presupuestos, se divide en dos plenos extraordinarios con turnos de intervención tasados, menos el de la alcaldesa. La oposición no tuvo ningún tipo de oportunidad para colaborar en esa elaboración del presupuesto para 2021, tampoco los socios de gobierno mencionaron ningún logro concreto dentro del mismo, más allá de presumir que habían sido consultados para alguna cosa.
Si bien el tono fue menos agitado que otras veces, se constata que el equipo de gobierno carece de coordinación. Mientras que en otros municipios los equipo de gobierno se centran en su labor de gobierno, la falta de liderazgo del municipio calpino se evidencia en la obsesión de la primera edil por hacer «oposición de la oposición», fiscalizar a los partidos y atacar a administraciones de diferente color; todo ello, en vez de vender o explicar sus propios logros.
Sobre la mesa quedó el destino del remanente de tesorería (dinero del presupuesto no ejecutado en el ejercicio anterior) para cuya gestión sí se contaba con las aportaciones de la oposición. Hasta la fecha sólo hubo una reunión de media hora aunque hay buena expectativa para que se retomen estas consultas que podrían ser beneficiosas para la gestión integral del municipio.
Si bien el voto en contra a los presupuestos pudo haberse evitado, pero el PP insistió en su política de apisonadora y la vía de hecho, sabiéndose en posesión de las muletas necesarias para sostener su habitual autoritarismo unilateral. El mejor ejemplo es la gestión de Recursos Humanos, la inclusión de nuevas plazas que nada o poco aportan a las necesidades históricas y urgentes, como son la ya mencionada plantilla infradotada de la policía o las necesidades de Bienestar Social, que siguen con retrasos de 8 meses para dependencia y mes y medio para atención primaria, sin mencionar los retrasos en la gestión de las diferentes subvenciones o planes de ayuda. Lo preocupante es que las plazas de nueva creación que ahora se añaden, en su mayoría ya están ocupadas de facto, y que por lo tanto, al tratarse de ascensos,tendrán poca influencia en la solución de la carga de trabajo existente en estos momentos,
Para salir al paso sobre las deficiencias en materia de gestión de personal del ayuntamiento de Calp, a la alcaldesa le habían preparado un argumentario, para desviar la atención sobre lo debatido. Pretendía atribuir nada menos que la contratación de 240 personas durante los quince meses que gobernó el Partido socialista entre 2007 y 2008. La aseveración de la Alcaldesa equivaldría a una media de un contrato cada dos días, una manipulación de los datos tan falsa como inverosímil.
Un debate más intenso se produjo sobre el pliego de la basura, su estancamiento, desatención a problemas vigentes y la nula innovación tecnológica. Tanto PSOE como compromís han anunciado recursos para mejorar lo que será el contrato más importante del mandato. (50.000.000 en 10 años) La alcaldesa se limitó a decir que «Calp es el municipio en el que todos quieren vivir» y que «es de los más limpios de la comarca». Ante la sugerencia de poder realizar el servicio con una empresa municipal (como se viene haciendo exitosamente en otros municipios), dado que la licitadora lo único que aporta son conocimientos y gestión (vehículos e instalaciones, son municipales), la alcaldesa montó en cólera, haciendo referencias despectivas a Pablo Iglesias, al comunismo y al estado mínimo. Así, sin querer, se coló la campaña madrileña en el debate municipal.
En los sucesivos mítines improvisados que fue intercalando la alcaldesa para intentar tapar su desconocimiento total de los datos estadísticos del municipio (desconocía los datos del INE sobre la renta media anual por habitante ),por otro lado, no escatimo en desvelarnos involuntariamente una serie de datos irreflexivos: que la grandiosa campaña de ayudas anunciada hace dos días aún no goza de la aprobación de los diversos departamentos, y hasta después de verano no se pondrá en marcha; que la piscina municipal deficiencias tan graves que retrasarán su apertura, que lo más positivo del Casco antiguo es que hay un inversor que ha comprado 3 locales para explotarlos turísticamente, y que Calp, tiene hasta 5600 fosas sépticas en su territorio.
Se tocaron temas vertebrales para el municipio, como la pasarela sobre la N332, el segundo instituto o el nuevo centro de salud. Bajo la premisa continuada de mucha foto y poca gestión, no se puso sobre la mesa ninguna fecha, dato concreto o compromiso conseguido, todo fueron críticas y acusaciones hacia las administraciones superiores, que no lo olvidemos, son las mismas de las que pretende conseguir colaboración.

También hubo de nuevo palabras para la Agencia Valenciana Antifraude, de la que la alcaldesa volvió a insistir que estaba politizada y que no era más que una creación del actual gobierno valenciano para «perseguir a aquellos que son de un color u otro». Todo ello sin aclarar a la ciudadanía ningún detalle de cómo se llegó a esto, y en la absoluta convicción que las urnas resolverán cualquier duda sobre su gestión.
Se olvida la alcaldesa que los miembros de la oposición estamos, no para hacer su trabajo, sino para asegurarnos que el equipo de gobierno lo haga debidamente. Ayudamo cuando podemos, pero teniendo en cuenta, que la mayoría de las propuestas que la oposición logra aprobar en pleno, acaban no ejecutándose o paralizadas por la falta de voluntad política del actual equipo gobierno, no deja más opción que dedicarnos a ser el departamento de calidad del ayuntamiento, defendiendo el buen hacer desde la lealtad institucional, la legalidad constitucional y los intereses de todos los calpinos, y no solo el de aquellos que suscriben determinada ideología.
Ana Sala concluyó su intervención final en el debate sobre el estado del municipio con una enigmática afirmación para los años venideros: «algunos no estaremos por los motivos que Ud conocen»