Desgobernando entre el AUTOBOMBO y la CIZAÑA
Cada vez genera menor credibilidad un gobierno local que se debate entre una propaganda fruslera, la dejación de funciones y ataques descoordinados para culpar a otros de sus propias faltas.
Haciendo una revisión de las noticias municipales encontramos patrones extraños. Se puede hacer una análisis de las preferencias políticas, en este caso se debaten entre el autobombo por publicitar cualquier cosa que hacen y la guerra abierta contra cualquier gobierno que no sea el suyo. Y como siempre, el beneficio del ciudadano, escaso o ninguno.

Ni la gestión del Peñon corresponde al municipio, tampoco la de educación. Pero en una de ellas han decidio intervenir, y en la otra no, a parte de pasar olímpicamente de cualquier cosa relacionada con el parque más visitado del municipio, que no implique sacarse una foto.
No se tuvo ese miramiento a la hora de gastar 96.000 EUROS en la Aplicación de control de aforo, existiendo una del Consell.
Tampoco se tuvo el miramiento a la hora de gastar 180.000 EUROS en 15 contratos para controladores a través de una empresa multiservicios (que como beneficios se quedó con la mayor parte del dinero invertido). También aquí ya había personal contratado por consellería.
Si la gestión táctica del turismo y las duplicidades ha sido deficitaria este verano, la estrategia comunicativa es aún peor, Si para otros temas llevan la iniciativa. APP y controladores, hay más ejemplos sangrantes y vergonzosos.
Véase: Club Social la Manzanera, al que van a destinar inversiones millonarias, pese a ser un asunto de costas, para al final adjudicar la gestión del millonario club a algún «amiguete».
El peñón, nuestro peñón, al parecer solo sirve como arma arrojadiza contra el Consell, eternizando la poco útil política del perro del hortelano.
Tampoco se podía esperar mejor gestión de quién califica los yacimientos de los baños de la reina como un «marrón». Y no es un hecho aislado, las faltas de respeto a los calpinos son de amplio espectro, los agravios se cuentan desde el patrimonio ancestral calpino hasta los garbanzos del banco de alimentos.