En política siempre se parte de una premisa: cuanto mayores son las promesas, mayores las expectativas de éxito. Pero, ¿qué ocurre cuando el gobernante elegido democráticamente en base a un determinado programa electoral incumple sus promesas o, incluso, realiza lo contrario a lo prometido? Pues que nos encontramos ante un evidente Fraude Electoral.
Al respecto, la casuística es abundante: al más alto nivel, Rajoy lo único que cumple son años, pero ninguna de sus propuestas que embaucaron a millones de españoles hace tres años (sirva de ejemplo la escandalosa promesa de crear 3,5 millones de empleos).
El flamante nuevo partido que está rompiendo todos los récords ya ha comenzado a desvincularse de sus innovadoras promesas que marcaron su éxito en los pasados comicios europeos del 25 de mayo. Podemos ahora reniega de la jubilación a los 60 años; o del impago de la deuda pública; y tampoco hay renta universal básica.
Y si descendemos a lo más cercano, todavía resuena en nuestros oídos la fanfarria del Decálogo que firmó César Sánchez y que, tras obtener su objetivo (la Alcaldía de Calp) ha incumplido flagrantemente. Recordemos que ese documento –que ahora resulta patético– se publicitó a bombo y platillo como un contrato con la ciudadanía en donde se contenían promesas tales como la bajada de impuestos, la creación de empleo, un segundo Centro de Salud, un Parque Empresarial de Industria Ligera, un Centro Cultural Internacional, un Plan de Conservación Integral de Las Salinas, … promesas todas ellas que han sido incumplidas y, en algunos casos, puede afirmarse que el alcalde del PP ha hecho todo lo contrario a lo prometido (ha subido los impuestos y Calp lidera el índice de paro en la Marina Alta).
Tal realidad nos lleva a concluir que si César Sánchez fue elegido alcalde por los proyectos que prometió, notario mediante, y que él mismo calificó como un contrato con la ciudadanía, resulta evidente que el incumplimiento consciente y vehemente de su programa electoral le deslegitima ética y moralmente de su cargo actual de alcalde.
