«Qui vole un oeuf, vole un boeuf»
Artículo de Opinión
Dicho francés cuya referencia en castellano sería: «quién roba uno, roba cientos». El matiz es que en el idioma galo tiene una advertencia moral que también se refleja en la sociedad (europea): la conducta indecorosa es penalizada socialmente y los políticos, avergonzados, dimiten y se retiran de la esfera pública conscientes de su falta de ejemplaridad.
Algunos pensarán que quizás sea excesivo el revuelo generado en torno a Cristina Cifuentes. «Si solo se trata de un master», dirán muchos acólitos del PP. No comparto tal planteamiento. En sí, lo sucedido es gravísimo, es una afrenta para todos los estudiantes que con mucho esfuerzo y grandes sacrificios hemos conseguido nuestras titulaciones universitarias.
En política, tanta relevancia como los hechos lo tiene la personalidad del político, la forma de conducirse por la vida. Y las falsedades y engañifas de Cifuentes hablan demasiado de ella, y de una actitud generalizada en los dirigentes del PP.
Otro tanto podemos decir del comportamiento del alcalde de Calp CÉSAR SÁNCHEZ quien no tiene reparos ni vergüenza en que los calpinos paguemos de nuestro bolsillo una «noche de fiesta» para el tránsfuga que le dio la Presidencia en la Diputación de Alicante. Comprando voluntades a costa de nuestro dinero.
Sus «incomprensibles» seguidores (le doy muchas vueltas a ello, y no comprendo la razón de quienes pretendan seguir votando sus siglas a pesar de todo, quizá solo sean estómagos agradecidos o ignorantes que desean prosperar en el entramado corrupto creado por el PP) dirán a modo de infame excusa de que solo se trata de una ínfima cantidad de dinero. Craso error, me remito a la reflexión inicial, porque «quien roba un huevo, roba un buey».
Hasta ahora, parece que desde el PP la ejemplaridad consistía en proyectar una «ilusión» de prosperidad a sus afiliados, la oportunidad de vivir del cuento como un «pez gordo» solo apuntándose al carro popular: trajes, coche con chófer, restaurantes de lujo, títulos de universidades privadas, etc. El tiempo ha demostrado que quién vivía por encima de sus posibilidades lo hacía con dinero de todos mientras otros perdían el empleo, la casa y la esperanza.
Tales comportamientos desvelan la verdadera pasta de la que están hechos los dirigentes del PP, denotan su carácter, su verdadera personalidad, en la que acaban aflorando las trazas de prepotencia y altivez aprendidas en los cursos de la FAES y donde se les enseñaba a simular ética, civismo y decencia mientras puerta hacia adentro se practicaba todo lo contrario.
Ambas conductas (Cifuentes y César Sánchez) ni son aisladas ni excepcionales, es un manual de estilo que ha estado en vigor demasiado tiempo y que ha acabado desposeyendo de legitimidad a toda una opción política.
Alertan de quiénes son: capaces de saltarse las reglas con tal de conseguir sus fines; acostumbrados a «comprar» prestigio, amigos o falsos logros; se creen superiores al resto de ciudadanos, a quienes nos consideran instrumentos para alcanzar sus metas personales. Se perpetúan en el juego sucio, en el tráfico de influencias, y una continua permanencia en los «ismos» cinismo, amiguismo y enchufismo.
¿Servirán los hechos recientes para quitar la venda a los muchos ciegos que no quieren ver? Pienso que aquí, así como en el resto de Europa, sin ética no deberían tener acogida en la esfera pública ni política.
Marco Bittner
Secretario General PSOE Calp