Urbanismo caótico: El laberinto calpino
“Los Sistemas Generales, S.G. -vías principales de comunicación que “cosen” los barrios y los conectan entre sí y con los centros y periferias de las ciudades-, son considerados dotaciones al servicio de la totalidad o de la mayor parte de la comunidad local, frente a los sistemas o dotaciones locales, que están al servicio predominante de un barrio.
En Calp, un urbanismo de crecimiento caprichoso no ha tenido en cuenta la ejecución de un viario público coherente con los flujos de circulación, con la movilidad de sus vecinos. Urbanizaciones sin los Sistemas Generales en las que no existen caminos o vías con cierta homogeneidad: ensanchamiento por aquí, estrechamiento más adelante…alineaciones y retranqueos que llevan años esperando su ejecución. Los Planes Generales de Ordenación Urbana, PGOU´s, deben programar la obtención de los terrenos destinados a SG y locales que pasan a ser de titularidad pública. La cesión de estos suelos es obligatoria y su obtención se efectúa por ocupación directa o expropiación. Son una reversión al patrimonio público de una parte del beneficio que obtienen los promotores por el desarrollo y reclasificación de suelos rústicos o no urbanizables, llevado a cabo por los Ayuntamientos y que deben contribuir al desarrollo armónico y equilibrado de las ciudades.
El PGOU de Calp no establece viario de Sistema General para la mayoría de los barrios periféricos.
Todo nuevo crecimiento urbano debe incorporar SG para un desarrollo en armonía de la ciudad y lo que tenemos es un crecimiento caótico, más como resultado de la especulación y el beneficio económico que de una planificación racional y respetuosa con los que aquí vivimos y vivirán. El metro cuadrado de suelo que no es calle, es mercancía para beneficio del promotor.
Es tal el grado de consolidación de este modelo caótico de urbanismo que corregirlo es labor ardua, compleja y de muchos años de necesaria negociación con los vecinos.